Surcando la parte sur de Bogotá y Soacha, allá sobre la ronda del río Bogotá que nos lleva al Salto de Tequendama y el Charquito, sobre un caudal de aguas muy contaminadas y mal olientes por la falta de control ambiental, corre un líquido viscoso producto de más de ocho millones de Bogotanos que convertimos al río en la más grande alcantarilla del país, vamos buscando el Zoológico Santa Cruz, ubicado en el municipio de San Antonio del Tequendama, departamento de Cundinamarca.
Para llegar a este edén animal, lleno de sonidos diversos emanados de varias especies, hay que recorrer unos 41 kilómetros desde la ciudad, es decir una hora y media sino hay trancón entre la ciudad y Soacha por la Autopista Sur. En la ruta encontramos el histórico Salto de Tequendama, imponente cuando no le retienen sus aguas, o un hilo de agua podrida en verano, sobre todo porque este se convirtió desde hace muchos años una reserva para la generación de energía eléctrica para la capital y algunos municipios.
Del Salto del Tequendama al Zoológico son solo 9 kilómetros por una carretera en buen estado pero llena de curvas que serpentean sobre una naturaleza verde que permite divisar el entorno natural; es un recorrido lleno de fincas y animales domésticos como: perros, gallinas, vacas, gatos y hasta uno que otro burro o bestia, encontramos a mano derecha el Zoológico Santa Cruz, lugar donde se protege la vida a más de 849 especies, de ellas 839 son especies nativas y 8 exóticas como el hipopótamo reubicado desde hace 4 años, tigre blanco, león, jaguar, llamas, aves como: avestruz, gansos, lechuza, halcón garrapatero, los antílopes y boas, muchos de ellos rescatados por las autoridades medioambientales y reubicados con el fin de preservar la conservación.
Lo interesante de este “centro animal”, es que se ha venido convirtiendo en un lugar para la educación porque ahora se dictan talleres para los niños, jóvenes y familias que desean saber sobre la vida salvaje y cómo convivir con estos seres vivos maravillosos y diversos. Además, en el sitio se dan programas de investigación, educación medioambiental y proyectos de conservación de especies, así mismo se dan talleres sobre lombricultura, huertas, compostaje, reforestación, entre otros. Otro dato de lo que aporta este Zoológico, es que gracias a su servicio, varias especies han tenido una segunda oportunidad de vida porque fueron rescatas y enviadas a este lugar porque fueron víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre, “mascotismo” y el maltrato animal.
Se sabe que desde el año de 1994 el Zoológico Santa Cruz forma parte de la Asociación Colombiana de parques Zoológicos y Acuarios y que desde el año 2003 integra la Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos Acuarios y Afines ALPZA, también la Asociación Colombiana de Parques Zoológicos ACOPAZOA y Species 360 una organización internacional sin ánimo de lucro que mantiene una base de datos sobre los animales salvajes en cautiverio.
El Zoológico Santa Cruz es una entidad sin ánimo de lucro que nació el 3 de mayo de 1975 por el zootecnista Gonzalo Chacón Rueda, hoy dirigido por la señora Vivian Bernal quien continúa con el objetivo de la conservación de la biodiversidad y trabajo comunitario con la comunidad de la región. En este hermoso lugar, según su directora, existe la posibilidad de conocer y aprender sobre la conservación de la flora y la fauna como las orquídeas, pero también la protección de las abejas y manejo de apiarios.
Por: Carlos J. Salazar