Fuente: El País.com Jorge Cote.
Las adversidades llevan a muchas personas a encontrar mejores oportunidades, es el caso de Sandra Mosquera, la primera mujer chocoana y afro en liderar procesos de innovación tecnológica en una de las compañías financieras más importantes del mundo: JP Morgan Chase.
En 2008, Sandra Milena Mosquera Vargas (36 años) tomó una decisión que pocos entendieron. Luego de haber hecho todo lo posible para estudiar Derecho en la Universidad de Antioquia, en Medellín, porque sus recursos y los de su familia no le alcanzaban para entrar en una universidad privada, abandonó su carrera. Fue por sus cosas a su natal Quibdó y migró a Filadelfia, Estados Unidos, en busca de un mejor futuro. Comenzó a trabajar como mesera y, al mismo tiempo, se matriculó en un community college para cursar estudios de secretaria legal.
Cuando se graduó, sintió que aquello no era lo suyo y, de nuevo, volvió a probar suerte. Se matriculó en la Universidad de Villanova para estudiar, en las noches, Sistemas de Información. En ocasiones, sintió que no podía continuar con esta carrera tecnológica por el peso académico y porque trabajaba paralelamente para poderse sostener, pero al fin cumplió su sueño y se graduó con honores. Gracias a sus buenas notas y excelencia entró a una importante compañía de medios e informática, en la que encontró su camino; pero allí también vivió una de las peores experiencias racistas y sexistas que ha enfrentado: a finales de 2017 hubo una reestructuración en la empresa y le asignaron un nuevo jefe, que sistemáticamente empezó a ponerle freno a cualquier proyecto que ella planteara hasta convertirla en un cero a la izquierda.
“Yo creía que, con el estudio, con todas las buenas calificaciones y los reconocimientos que tenía, el racismo quedaba atrás. Es muy duro saber que pese a que te esfuerzas mucho, siempre vas a tener que afrontar hechos racistas y que te menosprecien por ser latina, afro, mujer y migrante”.
En medio del desconsuelo recibió una convocatoria de JP Morgan Chase, una de las entidades financieras más importantes del mundo, que estaba buscando ingenieros e ingenieras pertenecientes a minorías. Dudó en participar, pero al final se lanzó. Se dio cuenta de que seis dependencias de la compañía estaban interesadas en su hoja de vida. Luego de varias entrevistas, fue contratada. De manera muy rápida sus colegas y jefes se dieron cuenta de su talento y comenzó una carrera meteórica.
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